Más de 850 personas, incluyendo jueces y magistrados, acusaron a los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de traición por no atraer el amparo que declaró inconstitucional la reforma judicial.
“Esa reforma representa el mayor retroceso en materia de independencia judicial en la
historia moderna de México, y esto no habría sido posible sin cómplices dentro de la
propia Corte”, expresan en un comunicado.
También sostienen que un momento crucial para la democracia del país, los ministros de la Corte “incumplieron flagrantemente el deber de guardar y hacer guardar la Constitución” y, en cambio, optaron por el “cómplice silencio”.
Los jueces y magistrados federales acusan que el Poder Ejecutivo y el Legislativo, controlados por Morena y sus aliados del Partido Verde y Partido del Trabajo, lanzaron una “cruzada contra el Poder Judicial”. El objetivo de esta campaña, afirman, no era mejorar el sistema de justicia, sino “controlarla”.
Durante años, señalan, el oficialismo construyó un “relato de desprestigio contra los jueces”, acusándolos sin pruebas y amenazándolos para debilitar la justicia antes de lo que llaman su “asalto final”.
En el comunicado también acusan a Arturo Zaldívar de ser uno de los “cómplices dentro de la propia Corte”.
Según señalan, Zaldívar, desde la presidencia del Máximo Tribunal, “se convirtió en operador político del Ejecutivo“, permitiendo su intromisión en el Poder Judicial y aceptando una “ampliación inconstitucional de su mandato”. El texto es severo en su juicio, declarando que el nombre de Zaldívar “quedará inscrito como símbolo de rendición y traición judicial”.
Zaldívar, cuyo ascenso a la presidencia de la Corte fue impulsado desde las oficinas de Televisa, actualmente es el Coordinador General de Política y Gobierno de la Oficina de la Presidencia de la República y forma parte de la comisión presidencial para la Reforma Electoral.