Autoridades de Estados Unidos documentaron la presencia de al menos siete grandes cárteles de la droga en la Ciudad de México.
El documento señala que además de la distribución y venta de drogas, los cárteles incurren en secuestro, extorsión, robo de vehículos, lavado de dinero, explotación sexual y tráfico de armas para financiar sus operaciones.
La DEA acusa que la Ciudad de México cuenta con una “presencia significativa” del Cártel de Sinaloa, señalado en Estados Unidos como uno de los cárteles más poderosos del mundo y principal productor y distribuidor de fentanilo.
De igual forma, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Noreste y el Cártel del Golfo tienen presencia significativa en la capital del país.
Por su parte, la presencia de La Familia Michoacana es menor, derivado de su “presencia significativa” en los estados circundantes de Michoacán, Guerrero y Estado de México.
La Nueva Familia Michoacana y Cárteles Unidos también se ubican en la Ciudad de México, si bien no abarcan todo su territorio.
La DEA sostiene que dichos cárteles constituyen una amenaza para la seguridad nacional debido a sus continuas campañas de violencia y por el suministro de drogas letales en todo el hemisferio occidental.