La Copa de Rusia fue testigo de un hito histórico: el debut del jugador más alto en la historia del fútbol. Pavel Podkolzin, exbasquetbolista de la NBA, saltó al campo con el Amkal Moscú y, con sus 2,26 metros, quedó a solo 18 centímetros del travesaño, estableciendo un récord que difícilmente será superado.
Podkolzin, de 40 años, debe su estatura extraordinaria a la acromegalia y un trastorno de la glándula pituitaria. A inicios de los años 2000, se convirtió en parte de la ola de gigantes extranjeros que llegaron a la NBA, atraídos por el éxito de Dirk Nowitzki, Pau Gasol y Yao Ming, mientras las franquicias buscaban al próximo “gigante prodigioso”.
Su trayectoria en el baloncesto inició en el Sibirtelecom Lokomotiv de su ciudad natal, Novosibirsk, y luego pasó por el Varese de Italia antes de ser seleccionado por los Utah Jazz en la posición 21 del Draft de 2004. Durante su etapa en la NBA, Podkolzin destacó más por su altura y presencia física que por un rendimiento destacado en la cancha, lo que limitó sus minutos de juego y la consolidación de su carrera en Estados Unidos.
Tras retirarse del baloncesto profesional, Podkolzin decidió probar suerte en el fútbol, uniéndose al Amkal Moscú, un club conocido por su participación en competiciones locales y torneos como la Copa de Rusia. Su debut generó gran curiosidad por parte de los aficionados y medios de comunicación, debido a su altura imponente y la curiosidad de verlo adaptarse a un deporte completamente distinto.
Con este estreno, Pavel Podkolzin se convierte oficialmente en el jugador más alto que haya disputado un partido de fútbol profesional, marcando un hito que une dos disciplinas deportivas y deja en evidencia su sorprendente versatilidad como atleta.
